Después del trabajo con el novio me relajo
¿Te gustó esta noticia?
0 apoyos
0 apoyos
Me encanta volver a casa después de un largo día de trabajo. La sensación de quitarme la camisa y los zapatos, de dejar caer la chaqueta en el sofá, es como un alivio. Pero lo que realmente me hace sentir relajado es volver a casa y encontrar a mi novio esperándome.
A menudo, cuando llego a casa, él ya está en la cocina preparando algo para cenar. Me gusta ver cómo se mueve con confianza, cómo se ríe al preparar mi plato favorito. Me gusta cómo se vuelve hacia mí y me da un beso en la mejilla, cómo me pregunta cómo ha ido mi día. Es como si todo lo demás se desvaneciera en ese momento.
Pero lo que realmente me hace sentir relajado es cuando nos sentamos en el sofá juntos, sin hacer nada en particular. No hay necesidad de hablar, de hacer algo en específico. Solo nos sentamos, nos miramos, y sentimos la presencia del otro.
A veces, sin embargo, la tensión sexual entre nosotros se hace demasiado fuerte para ignorar. Me siento atraído hacia él, y puedo ver en sus ojos que él se siente lo mismo. Y entonces, sin decir nada, nos levantamos y vamos hacia la habitación.
La intimidad con mi novio es algo especial. Me encanta la forma en que nos miramos, la forma en que nos besamos, la forma en que nos tocamos. Es como si estuviéramos conectados de alguna manera, como si pudiéramos sentir el corazón del otro latiendo en el nuestro.
Y cuando finalmente nos metemos en la cama, la sensación de estar conectados se vuelve aún más intensa. Me encanta la forma en que me toca, la forma en que me besa, la forma en que me hace sentir. Es como si estuviéramos en un mundo propio, un mundo donde nada más importa que la conexión que sentimos entre nosotros.
Después de un rato, finalmente llegamos al clímax. La tensión sexual que había estado acumulándose en mi cuerpo explota en un orgasmo intenso. Me siento liberado, como si hubiera liberado algo que había estado dentro de mí durante mucho tiempo.
Y cuando finalmente me detengo, me siento relajado, como si hubiera dejado caer un peso que había estado cargando en mi espalda durante horas. Me siento conectado a mi novio, como si estuviéramos unidos en algo más profundo que la mera atracción física.
En ese momento, no hay nada más que importe que la sensación de estar conectados, de estar unidos en algo que trasciende la mera existencia física. Es como si hubiéramos encontrado algo más profundo, algo que nos hace sentir vivos.
A menudo, cuando llego a casa, él ya está en la cocina preparando algo para cenar. Me gusta ver cómo se mueve con confianza, cómo se ríe al preparar mi plato favorito. Me gusta cómo se vuelve hacia mí y me da un beso en la mejilla, cómo me pregunta cómo ha ido mi día. Es como si todo lo demás se desvaneciera en ese momento.
Pero lo que realmente me hace sentir relajado es cuando nos sentamos en el sofá juntos, sin hacer nada en particular. No hay necesidad de hablar, de hacer algo en específico. Solo nos sentamos, nos miramos, y sentimos la presencia del otro.
A veces, sin embargo, la tensión sexual entre nosotros se hace demasiado fuerte para ignorar. Me siento atraído hacia él, y puedo ver en sus ojos que él se siente lo mismo. Y entonces, sin decir nada, nos levantamos y vamos hacia la habitación.
La intimidad con mi novio es algo especial. Me encanta la forma en que nos miramos, la forma en que nos besamos, la forma en que nos tocamos. Es como si estuviéramos conectados de alguna manera, como si pudiéramos sentir el corazón del otro latiendo en el nuestro.
Y cuando finalmente nos metemos en la cama, la sensación de estar conectados se vuelve aún más intensa. Me encanta la forma en que me toca, la forma en que me besa, la forma en que me hace sentir. Es como si estuviéramos en un mundo propio, un mundo donde nada más importa que la conexión que sentimos entre nosotros.
Después de un rato, finalmente llegamos al clímax. La tensión sexual que había estado acumulándose en mi cuerpo explota en un orgasmo intenso. Me siento liberado, como si hubiera liberado algo que había estado dentro de mí durante mucho tiempo.
Y cuando finalmente me detengo, me siento relajado, como si hubiera dejado caer un peso que había estado cargando en mi espalda durante horas. Me siento conectado a mi novio, como si estuviéramos unidos en algo más profundo que la mera atracción física.
En ese momento, no hay nada más que importe que la sensación de estar conectados, de estar unidos en algo que trasciende la mera existencia física. Es como si hubiéramos encontrado algo más profundo, algo que nos hace sentir vivos.
Comentarios (0)
Aún no hay comentarios aprobados.